De Corazón Celeste - de Germán Kijel
Ayer lo vi al Juancito Méndez, caminando por Corrientes, estabavestido, terrible, parecía un croto; tenía un jean todo gastado, unoszapatos más viejos que mi abuela y una camisa rota y sucia. No lopodía creer, siempre fue mí ídolo, yo lo quería más que a mi viejo. Elcentro fobal de Temperley, que grande Juancito, ¿cómo jugaba? Era deesos que te tiran caños y te cargan, y después la clavan a un ángulodesde cuarenta metros.Pero ayer lo vi y se me cayeron las medias, todo sucio, esos andrajosy eso que ganó guita cuando se fue a España.Pero yo sé lo que le pasó, se gastó todo en minas, era un mujeriegoterrible, andaba todas las noches con una distinta, rubias, morochas,altas, flacas, le gustaban todas.Un día no sabés la que hizo, estábamos jugando contra Tigre en elAlfredo Beranger, ¡que cancha!, está un poco arruinada, pero es unabelleza; bueno, hizo una de esas que no te olvidás más.Jugábamos contra Tigre y ellos andaban bien, creo que iban segundos oprimeros y venían de golear a Chaca, le habían metido 4 o 5 goles. Laagarró picando desde el borde del área, a los cinco minutos del primertiempo, más o menos, le hizo un sombrero a uno y de zurda la clavó alprimer palo; un golazo de esos que veías uno por año, no te imaginás.Pero la cosa no terminó ahí. A los dos minutos de eso, no dejó ni quenos tomáramos una cerveza, teníamos la garganta todavía recalentadapor ese gol. Ellos sacaron y se fueron para arriba, los dos centralesestaban en la mitad de cancha y los wines parecían que iban a tirar uncorner. El arquerito Alonso, un pibe que había debutado ese mismo añodescolgó un centro y lo vio solo al Juancito que le levantó un dedopara pedírsela. Cuando la agarró solo tenía a cinco de Tigre delantede él; los miró y se dio cuenta de que podía contra todos. Al primerolo encaró, le tiró la pelota por un costado y la fue a buscar por elotro, cuando le salió el has central se paró en seco y le pasó elcuero por entre las piernas; le quedaban solo tres y cuando miró paraatrás los vio a los 6 o 7 que se le venían, entonces se apuró yrecorrió los 4 o 5 pasos que lo separaban del número dos; le amagó quele tiraba un caño, el pibe se lo creyó y él lo pasó con un trancoenvidiable hasta por Marianito Biondi. Ya estaba dentro del área y sele fueron al humo el central y el arquero; empaló la pelota por arribade la cabeza de los dos pibes, los dos intentaron darse vuelta paradefenderse pero no pudieron, el balón bajó lentamente hacia la red.Todos los compañeros del Juancito fueron a abrazarlo, pero él era unloco de aquellos y saltó el alambrado de las plateas y se fue a besarcon una piba que lo estaba mirando.Todos le gritábamos que volviera a la cancha, pero agarró a la piba dela mano y se la llevó a los vestuarios.Algunos cuentan que fue la única vez que anduvo con esa chica y quecuando nació el bebé que concibieron en esa tarde, la piba le puso denombre Celeste
Etiquetas: Cuentos
1 Comments:
At 9:10 p. m., Germán said…
Gracias por publicar mi relato. Simplemente fue amor a la camiseta.
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